27.10.08

Una chica como ella, en un lugar como ese


Por Patricio Salazar

En los '90 el grunge tenía héroes y fisonomías muy claras. Los chicos de Nirvana, Alice in Chains, Soundgarden, Pearl Jam, etc., eran chascones, pelilargos, rudos, depresivos y displicentes. Cualquier aspirante a este grupo debía tener en cuenta este formato, sobre todo tras la muerte de Kurt Cobain en 1994, año en que la caricatura de este tipo de músico se instaló para siempre.

Las malas imitaciones no se hicieron esperar. Un montón de grupejos (que realmente me da soberana lata nombrar) trataron de apoderarse de estos elementos para instalarse dentro de lo que estaba pegando. El cliché no tardó en aparecer y todo lo que representaba la generación X se prestaba para un sketch de Saturday Night Live.

Dentro de esta etapa es en que aparece Tracy Bonham, una chica oriunda Oregon en Estados Unidos. Tras una adolescencia marcada por sus estudios de violín y posteriormente canto en el Berkley Collage Of Music, en 1996 lanza el disco “The Burdens of Being Upright” que fue un batatazo comercial ese año.

La canción “Mother Mother” revolucionó los charts, a esas alturas saturados de grunge y dándole paso al New Metal, permaneciendo un mes en el número uno norteamericano. Y es que esa canción, y el disco en particular, tenía variados elementos que lo hacían novedoso.

En primer lugar tenemos a una cantante musicalmente muy dotada, capaz de introducir dulces violines a canciones oscuras. Una voz que no se intimida al pasar desde un suave murmullo hasta un grito desgarrador y que en todo momento mantiene algo siniestramente femenino que llama poderosamente la intención.

En “Shark Can't Sleep” se nota claramente esta interacción. Si bien hay una clara influencia de Nirvana en esta canción (y en casi todo el disco), Tracy no intenta ser una versión femenina del rubio de Aberdeen. Ella es una chica y se expresa como tal. Su voz es dulce cuando debe serlo y poderosa cuando se quiere hacer escuchar. Es capaz de seducir bajo cristalinos acordes disminuidos y desconcertar sobre punkies quintas distorsionadas.

A pesar de que después de este disco la carrera de Tracy no logró consolidarse, The Burdens of Being Upright” es un disco que merece ser escuchado.

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1 comentario:

Nicolás Muñoz dijo...

esto no es un Alarido...

me gustó el blog, no recuerdo su nombre señorita del lanzamiento del libro de fotos...

Bonito...