9.9.08

Metallica escuchó a los fanáticos...


Manuel Catrilef Cea


Si hay algo complejo en el mundo musical es evaluar las placas de Metallica desde el disco Load (1996) en adelante. Cualquier comentario positivo frente a alguno de esos LP significa de inmediato que eres un fanboy de la banda que les aguantaría hasta sus jugueteos con el Nü Metal. Por el contrario, si destrozas el disco o no dices nada bueno eres de la interminable lista de detractores de los Four Horsemen simplemente por haber introducido el mundo del metal al mainstream. Un pecado de capital.

Lo anterior es la mirada más general de los melómanos rockeros frente a quienes comentan discos, y las posturas claramente tienen algo de cierto, innegable. Y el nuevo disco de Metallica pone esa encrucijada más latente que nunca. Death Magnetic (2008) pone a prueba al oyente a sacarse cualquier prejuico para degustar de lo que debe ser el disco más esperado del año.

Tal como lo habían prometido desde el año pasado, la placa tiene mucho, muchísimo de ese sonido Thrash metal ochentero, en especial muchos momentos recuerdan al ...And Justice For All (1988). Esto se lo debemos en gran parte al trabajo de Rick Rubin, que ya había hecho lo mismo con Slayer y su Christh Illusion (2006). Constantes cambios en la estructuras de los temas, riffs rapidísimos, dobles bombos y aceleraciones en la batería como hace tiempo Lars Ulrich no hacía. Y claro, lo que más se extrañó en St. Anger, los solos de guitarra de Kirk Hammet, que no serán los mejores de su carrera, pero están muy bien puestos.

Es tan difícil no comparar canciones como The Shortest Straw, Eye Of The Beholder o One con The End of The Line, My Apocalypse, o Broken, Beat & Scarred, si tienen toda esa onda de tintes progresivos en cada nota. Por algún instante pareciera que Metallica nunca hubiese cruzado la década de los '80.

Pero no hay que engañarse, claramente hay momentos de la etapa Load-Reload (The Unfogiven III especialmente, pero también varios instantes de The Day That Never Comes), pero son eso, momentos muy bien calculados.

Nota aparte para las vocalizaciones de Hetfield, carraspeando muchísimo y poniendo el toque melódico cuando es necesario. Lo cual se debe justificar por las buenas letras que James nos hace creer que en realidad las siente hasta la médula.

Leyendo foros de rock alrededor del mundo, queda claro que la mayoría está conforme y gratamente impresionada con este regreso de Metallica, es casi todo lo que hace años les pedían que hicieran, un disco remorando el tiempo en que "valían la pena". Eso se nota por todos lados, Hetfield y cia. tuvieron que revisitarse para la reconciliación final con sus fans. Death Magnetic es un notable disco, plagado de buenas canciones metaleras, pero siempre quedará esa sensación que es el álbum en que Metallica agachó la cabeza, se rindió a la voluntad de sus seguidores y compuso según los gustos de alguien más que ellos mismos.


Baja Death Magnetic aquí y aquí

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