M.C.C.
El rock progresivo en Chile desde la década de los '90 en adelante no se ha caracterizado por tener nuevos grandes exponentes. Polímetro fue una de las pocas agrupaciones en generar algo de ruido, pero cultivando la variante metalera del género, aunque tampoco pasó mucho con ellos, principalmente por las diferencias internas y por el innegable parecido de sus temas con Dream Theater. Quizás Alejandro Silva se podría incluir aquí, pero en realidad lo de él se acerca más al shredding, por el excesivo protagonismo de la guitarra por sobre los otros instrumentos.
Así que básicamente el panorama del rock progresivo en nuestro país a primera vista se reduce a Los Jaivas, Congreso y Fulano, es decir, bandas que ya tienen varias décadas en el cuerpo. Y a decir verdad, los primeros son los únicos en ser realmente populares.
Lo anterior se explica porque el rock progresivo nunca se ha caracterizado por ser altamente masivo, y no solo en Chile, sino que en todo el mundo. Pink Floyd y Rush deben ser las grandes excepciones a la regla. Esto puede ser debido al gran nivel de complejidad que tienen muchas de las composiciones, con abundantes solos de los distintos instrumentos, melodías a contratiempo, infinidad de quiebres, canciones largas y a veces instrumentales, en resumen, un despliegue de virtuosismo que muchas personas simplemente no toleran, comprenden o creen innecesario.
Quizás por todo aquello es que el disco Mixolidio de la agrupación chilena Ergo Sum pasó demasiado inadvertido cuando se editó, y ahora ha tomado un poco más de vuelo por el concurso de guitarra en que está Alexandros Tefarikis, quien viajará a Inglaterra a participar en dicha competición.
Más allá de ese hecho anecdótico, el álbum de esta banda es impresionante. Primero por la pulcritud con que está ejecutado (muchos de los temas están en vivo)y segundo por la simbiosis que se genera al lograr mezclar correctamente la influencia del rock en inglés con sonidos propios de los exponentes locales del estilo. Esto se manifiesta a nivel de arreglos sobretodo, donde se nota la influencia de Fulano, con el teclado sacando sonidos de flauta, y la incorporación de instrumentos de percusión atípicos, como son la marimba y el vibráfono.
La virtuosidad está presente por todos lados, pero de forma tan sutil y bien puesta que difícilmente uno termina sobrepasado por los pulcros barridos de guitarra y quiebres en los temas. Todo siempre con su dosis justa de sonidos metaleros para otorgarle esa intensidad y dramatismo siempre necesarios a las canciones.
Rara vez se escucha una adopción tan buena de un género extranjero por parte de una banda chilena, así que habrá que esperar que Ergo Sum tenga la oportunidad de masificarse y crear escuela en nuestro país.
2 comentarios:
pero sera tambien pq a los musicos de las bandas progresivas o fusion chilenas no apuntan a chile sino a salir pa afuera, pq bueno chile es una mierda jaja.
yo diria que te falto nombrar tryo y una banda chilena que a mi me gusta mucho es mar de robles,aunque claro no son tan famosos,y fulano que en realidad paso a ser mediabanda practicamente, revisando mylodon records uno se da cuenta que hay harta banda progresiva chilena, pero que casi nunca se escuchan por estos lares.
Bueno, ese es mi punto, aquí no casi no hay lo que se llama referentes, bandas que puedan ser inspiración de otras agrupaciones. Mar de Robles y Tryo no los nombré pk están lejos de ser referentes.
Y Fulano se reunió como habrás sabido, entrevisté a Jorge Campos el otro día.
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