14.6.09

El otro Britpop


M.C.C.

Inevitablemente el imaginario del britpop nos remite a Suede, Blur y Pulp. Pero antes de ellos hubo dos grupos que fueron los que mayormente sembraron las raíces para que la música independiente de Gran Bretaña se transformara en un fenómeno mundial a mediados de los '90. Una de esas bandas fue The Stone Roses, pero sin lugar a dudas que la principal fuente de inspiración fueron The Smiths y posteriormente su vocalista Morrissey.

Debido a aquello es que prácticamente toda esa camada de artistas siguieron cultivando las melodías extremadamente amables de sus predecesores. Canciones fácilmente disfrutables al oído, quizás con algo de perversión en las letras, pero que se desvanecía por las melodías pegajosas que emanaban de los grupos.

Todo aquello es lo que se puede apreciar a primera vista, pero de la misma forma, una pequeña camada de esas bandas tenían otros referentes para crear su música y de inmediato se terminaron desmarcando de la otra vertiente del britpop. Así Supergrass, Kula Shaker y Oasis cultivaron una sonoridad que se remitía más al rock de los '60 y '70, sonidos más crudos y ruidosos. The Kinks, Sex Pistols, The Who y/o The Beatles eran sus guías.

Dentro de ese subgrupo es que se puede meter a Stereophonics, un conjunto algo desconocido por este lado del mundo, y que pese a formarse en 1993, recién en esta década llegó al éxito, precisamente con el disco Lenguage Sex Violence Other? (2005).

Quizás que en estos años se le concediera la atención que merecía Stereophonics se debe a que fue en este siglo se vivió el auge de las bandas que rescataban el sonido setentero del rock. Eso los galeses lo habían cultivado desde siempre, pero en esta placa se llevó a un nivel superior. Lo melódico de algunos temas como Dakota, Lolita o Rewind podrían haber sido simples canciones pop, pero siempre las aderezaron con un sonido rasposo de la guitarra y (algo muy raro en el britpop) incluyendo algunos solos de guitarra más complejos que la media de lo suele escucharse en este tipo de música, lo que da más vitalidad aún al disco. Y esto último se aprecia mucho mejor en los temas más acelerados de la placa como Doorman o Girl, donde claramente se puede escuchar la influencia punk de los Sex Pistols.

La labor del vocalista Kelly Jones merece consideración aparte, pues no teme cantar carraspeado, dejando que las voces limpias sean simples momentos esporádicos. Además hay que agregar ese desgano con aires de arrogancia en la interpretación (que recuerdan los primeros años de Liam Gallager en Oasis), algo inherente en la oleada original del punk en Inglaterra.

Ciertamente Stereophonics dieron un paso gigante en la fusión de elementos que los hicieron acreedores de un sonido que ojalá se replicara más en las bandas mainstrem del viejo continente.

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