17.8.08

Las cosas en su lugar

Pato "Hair Metal" Salazar


Cuenta la leyenda que el productor de Warrant llamó a Jani Lane, vocalista de la banda, para decirle que le faltaba un single pegajoso a su disco “Uncle’s Tom Cabin”. Ante la sugerencia, Lane compuso durante la noche una canción a la que tituló “Cherry Pie” y que finalmente dio nombre a ese álbum de 1990.

La inspiración de esa jornada transformó la vida de la banda. De pronto la canción se transformó en un hit y Lane se vio cantándola una y otra vez. Se organizaban concurso de lanzarse pies de fresa en los cuales el cantante debía ser juez y toda la obra de Warrant se acotó a esas dos palabras. Años después, en un programa de VH1, Lane diría: “ahora me pegaría un tiro en la maldita cabeza antes de componer nuevamente esa canción”.

El caso no es aislado. En una industria más preocupada por el éxito comercial que por la calidad musical, la búsqueda de un gancho ha hecho temblar el legado de muchas bandas… sólo dos ejemplos: Radiohead no toca en vivo “Creep” por esta razón y muchos creen que Faith No More es solamente “Easy”, canción que ni siquiera es de ellos.

Esto mismo le pasó a una de la agrupaciones clásicas de los 80’s, Extreme. Su cuatro discos plagados de los riff metaleros, aderezados con una pizca de funk y su actitud de rockers se vio reducida a una imagen de “niños bien” gracias al tema “More Than Words”.

Sin proponérselo, la bestial forma de tocar de Nuno Bettencourt y la licenciosa voz de Gary Cherone sólo servían para unir parejas durante el “clásico lento” que había en las fiestas de casi una década atrás. Esa guitarra limpia acalló, impensadamente, las toneladas de distorsión que descargaba Extreme en cada concierto.

Por eso es que su último trabajo, “Saudades de Rock” (2008) es revitalizante. Si bien no llegará a la categoría de clásico, se nota la mano relajada y las ganas de hacer buena música. En este disco se multiplican las melodías roqueras clásicas que, sin ningún asco, remiten a los grandes referentes del género. Desde la canción “Comfortably Dumb”, con toques zeppelinianos, hasta la totalmente country “Take Us Alive”, los 14 tracks de este disco entretienen y llevan a la nostalgia del rock de estadios.

Queda en claro que bajo todo el artificio que Extreme tenía en los 80, había una dupla que se movía plácidamente. En “Saudades…” no tienen problemas para mezclar sonidos modernos – algunas canciones recuerdan algo a Audioslave – con los viejos recursos como los clásicos coros doblados que usaban toda la generación Glam Metal. Pero lo más notables es la desfachatez con que se mueven las canciones, una impronta altanera que deja en claro que ellos pueden tocar lo que quieran, cuando quieran, una actitud muy similar de la que tiene un cincuentón pretendiendo a una niña de veinte años.

Por eso era necesario que salieran un trabajo así. Había que sacarles la melosidad que “More Than…” había creado sobre la banda. Ellos no eran lindos, se querían aprovechar de las chicas, esa era la actitud inicial, no eran los yernos ideales, eran desalmados rompe calzones que usaban su talento para vender el cielo y la tierra en pos del objetivo carnal, y este disco los revela en esa perspectiva rock que jamás debieron haber perdido.
Si quiere oir lo nuevo de extreme solo descargue el disco aquí

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