12.10.07

Yo quiero ser un Ramone!

Por Pamela Ramírez R.

Iggy ya se venía contorneando desde hace un rato, Patti comenzó a despeinarse un poco antes, mientras un naciente CBGB daba tribuna a una nueva gesta musical en Nueva York, el punk. No pasó mucho tiempo para que unos chicos con pinta de pandilleros, unifromados con gastadas chaquetas de cuero negras y usando apegados jeans, como si se tratara de su propia piel, apareciera para dar una bocanada de aire fresco e intenso a los antros neoyorquinos, y de paso, al rock and roll.

Una nueva familia, (We're a happy family dirían, aunque con el tiempo se supo de que sufrían de disfuncionalidades como cualquier familia común), The Ramones, nacía. Johnny en guitarra, Tommy en batería, Dee Dee en bajo y el desgarbado e ilustre Joey en la voz, jugaron con lo que venían escuchando desde que el rock and roll les paró los pelos en sus adolescentes días, como las inocentes primeras canciones de los Beatles, dándole velocidad, letras pegajosas y ruido al extremo.

Toda esa intensidad se traduce en su primer disco, rápidamente grabado en menos de un mes y con el bajo presupuesto de 6.400 dólares, lanzado en 1976 con el simple nombre de "The Ramones". Desde lo primero que escuchamos, el ya mítico Hey Ho Let`s go!, este disco no te suelta hasta botarte luego de casi media hora de no parar de gozar. La acogida fue fría en Estados Unidos, nadie tomó en cuenta a unos pendex vestidos todos iguales, cantando sobre la calle, los nazis, la frustrada invasión gringa a Cuba o sobre una chica punk llamada Judy. Uf! qué niños más ruidosos. Por eso los amamos.

Claramente a ellos les daba lo mismo, sus canciones de dos minutos cruzaron el Atlantico por ese mismo tiempo, llegando a Londres, tocando en tres funciones en el Roundhouse y regando las semillas que luego emergerían como fructíferas callampas de nombre Sex Pistols, The Clash, The Damned, y muchos otros punketas que hasta el día de hoy reconocen la fuerte influencia de estos chascones con chasquilla.

El primer disco de los Ramones no cuenta entre los mejores álbumes en cuanto a calidad, a esfuerzo en la producción, etc. La verdad es que a estas alturas no importa, pues el ruido y la desprolijidad de las primeras canciones de estos chicos trajeron aires nuevos al rock y sin querer queriendo, abrieron nuevas vetas para seguir expandiendo esto que tanto nos gusta.

Por eso es el disco de la semana en Lado B! Disfrutenlo y no paren de mover la cabeza y todo el cuerpo, es inevitable. Si les interesa la historia de Los Ramones, una buena fuente de información es el documental "End of the Century", donde se revisa su trayecto, las disputas, sus vidas y por supuesto, las adoradas canciones.
Recuerden que pueden desacargar ACÁ el disco homónimo de los queridos Ramones.

Sigan escuchando Lado B!

Saludos

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