15.12.08

El fresco y bullicioso funeral de Arcade Fire

Alejandra Zúñiga Cárdenas

Influencias musicales le han colgado hasta el cansancio, desde Neil Young pasando por Roxy Music, Talking Heads, Flaming Lips y David Bowie, quien reconoció su fanatismo al escuchar el primer disco de esta banda que se alzó como una especie de fresco y bullicioso nuevo aire para la escena canadiense. Funeral era el nombre de esa placa y fue lanzado el 2004, provocando el reconocimiento inmediato de su trabajo.

Aunque Arcade Fire atrae desde un inicio por una serie de, a estas alturas, lugares comunes sobre sí, como la gran cantidad de músicos en escena y la enorme variedad de instrumentos que incluyen cada una de sus canciones -violines, acordeones, pianos, guitarra, bateria y un largo etcétera-, así como las ya mencionadas influencias musicales, muy por lo demás ciertas, lo interesante de esta banda es la capacidad que han tenido para elaborar un sonido que no se jacta de ser único ni pionero, sino que por el contrario, destaca por lograr ese mismo efecto gracias a una ensamblada unión de elementos tomados sin pudor de muchas partes, así como también por carecer de vergüenza y soberbia, lo que es llevado a su máximo ejemplo cuando la banda se sube a un escenario: energía a borbotones que mezcla desenfreno, alegría y hasta inocencia, una escena que al igual que sus canciones funde al público en los distitos estados de ánimo del universo Arcade Fire.

Así, estos canadienses formados en Montreal en 2003 debutaron hace cuatro años con el que es considerado uno de los mejores primeros álbumes del último tiempo. Una placa que hacía alusión en su título a una lista de fallecimientos que habían rondado a los distintos integrantes de la banda, pero que contrario a lo que podría esperarse, no es un álbum lúgubre ni sombrío sino que en cambio, apela a una suerte de rabia por la pérdida junto a la alegría del recuerdo, ¿qué más humano que eso?

Funeral es una sucesión de temas donde se hace patente el talento musical y "literario" de la agrupación liderada por el matrimonio conformado por Win Butler y Régine Chassagn, en los cuales la elaboración de ambientes, casi como si cada uno de los temas fueran pequeños cuentos gritados, declamados o susurrados por esta dupla, nos pasea por fábulas de muerte, pérdida, enfermedad, crecimiento y renovación, todo envuelto en una conciencia épica de distintos alcances como aquella más rockera y desatada de Neighborhood 1 (Tunnels) y Neighborhood 3 (Power Out) o dramáticas como Crowne of Love y Wake Up, uno de los temas más desarmantes del disco tanto por su melodía como por su letra, que actua como una dolorosa procesión del paso a la adultez a la usanza de un antiguo coro griego, y que recuerda en ciertos pasajes a ese Bowie que Arcade Fire homenajea y junto al cual han interpretado este tema en más de una ocasión.

Un disco para contemplar el paso del tiempo desde la vereda de la no complacencia. Un ejercicio de catarsis musical que pone a este disco debut y a la agrupación general, en un lugar privilegiado de la música actual.

Descargar aquí

No hay comentarios.: