25.4.08

Intensidad aderezada de sicodelia


Por Manuel Catrilef Cea

Definir a God is an Astronaut como un grupo post-rock es quedarse corto. Primero por lo antojadizo de la definción de ese género, y segundo porque son tantos los elementos del rock que se pueden reconocer en la banda que encasillarla es algo realmente innecesario.

El mejor ejemplo de aquello es la segunda placa de los irlandeses, All Is Violent, All Is Bright (2005). Un disco que abre con un largo silencio que se va esfumando con los sonidos de guitarras, teclados y batería rozados por el Trip hop, para dar paso a un rock calmado, que prepara lo oídos para lo que vendrá a continuación.

Cada canción que sigue después de Fragile es una suma se ciclos, tanto en la estructura de cada tema como por el hilo que a todas luces la banda le quiere dar al disco. Melodías que se repiten una y otra vez, que curiosamente no caen en la monotonía, se mezclan con el lado progresivo que tiene la banda, en el cual la complejidad no viene dada por las escalas musicales o la velocidad que toca la banda, sino por las capas de sonido que se van creando a medida que se incorporan más instrumentos.

Todo lo anterior se da en un ambiente de aparente sencillez inicial, que explota en una intensidad digna de la etapa más sicodélica del rock. Ello invita, en especial a los más alucinados, a dejarse llevar por el sonido. Si quien escucha el disco está dispuesto a seguir los caminos que se proponen en él, puede experimentar a ratos un viaje alucinógeno sin la necesidad de meterse alguna sustancia ilegal en el cuerpo.

Si se compraron todo este cuento, descarguen el disco aquí

Y escuchen LADO B en nuestro podcast http://ladob.podomatic.com

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